La escuela
Surf Vigo es un sueño que, gracias a la perseverancia, el trabajo constante y las personas, se ha hecho realidad.
áNGEL MANUEL GARCÍA
¿Qué tal?
Mi nombre es Ángel y, si me estás dedicando unos minutos de tu valioso tiempo, es porque parece que quieres conocer, al menos, un trocito de mi historia. Tengo muchas ganas de contarte cómo empezó todo.
Me encantaría decirte que lo dejé todo, rompí mi cerdito y monté una caravana en 5 días para dar la vuelta al mundo en tan solo 90 … pero la verdad es que no fue así como pasó.
Fue mucho más lento y tedioso, pero jamás perdí mi faro.
Yo era monitor de surf y, además de eso, teleoperador, un mundo estresante con compañerxs increíbles agitando sus alas como luciérnagas para no perder su brillo.
Cuando me cansé del argumento “porque lo digo yo,” pedí un crédito, compré unas tablas de Paddle Surf y me lancé al agua.
No tenía nada más, así que utilicé habilidades que desconocía. Con mis dotes de teleoperador, conseguí que un pequeño negocio muy simpático creyese en mí y me cediese un pequeño almacén para guardar las tablas.
Paso a paso, a veces con ritmo y otras sin él, seguí avanzando. Siempre sonriendo.
Sonriendo por lo que estaba haciendo, me di cuenta de que no solo estaba cambiando mi vida, estaba cambiando la vida de otras personas.
El Paddle Surf resultó ser un medio y no un fin. De repente, me vi dando clases a personas que no habían hecho deporte en su vida, personas que incluso no sabían nadar. ¿Eres capaz de imaginar sus caras? Todo en un entorno azul, natural y full de vida.
Llámame romántico pero el mar es lo más parecido a volar, y a hacernos volar.
Junto al mar, personas con un corazón enorme fueron apareciendo como señales en mi camino, me ayudaban sin esperar nada a cambio, creían en mí, me mostraron la dirección correcta.
Sin saber muy bien cómo, se formó una comunidad colaborativa a mi alrededor que me permitieron desarrollar pequeños proyectos alrededor de una idea. Paddle dog, paddle yoga, pilates. Todxs arrimaban el hombro.
Ahora tengo una escuela de Paddle Surf, intento ayudar a las personas tanto como ellas me han ayudado a mí y puedo decir que soy feliz la gran mayor parte del tiempo. Sigo avanzando sin machacarme y no espero hacerme rico porque sencillamente no es para mí.
Prefiero compartir.
Si hay algo que he sacado de todo esto es:
No dejes que nadie te diga que no, busca dentro de ti todo aquello que eres capaz de dar.
Da sin esperar a cambio.
Estoy seguro de que tienes y eres mucho más de lo que crees.
En el año 2015 lo dejé todo por trabajar en la idea de la Escuela. Una idea con una gran paciencia que, llevaba años insistiendo.
Después de mucho trabajo esfuerzo, personas y buen humor, podemos decir que Surf Vigo es, por suerte y a día de hoy, la primera Escuela de Paddle Surf consolidada en la ciudad de Vigo.
